Los juegos de plataformas descubren la cuarta dimensión
Los juegos de plataformas siguen vivos. Cuando ya parecía que la innovación no sería posible, los desarrolladores independientes han creado fórmulas refrescantes, capaces de superar cualquier expectativa.
Braid es un juego de plataformas en dos dimensiones que se sale de todas las convenciones del género. El protagonista es Tim, una persona normal y corriente que quiere rescatar a su princesa de las manos de un monstruo malvado. La historia, sin embargo, es mucho más profunda y psicológica de lo que aparenta.
Los maravillosos escenarios de Braid, similares a pinturas vivas, son retazos de memoria en los que Tim deberá encontrar fragmentos de puzles. Sólo juntando las piezas podrá recomponer las imágenes que le harán progresar por su odisea personal. Los comandos son fáciles y, al principio, Braid parece un Super Mario con toques artísticos.
Es al cabo de unos cuantos niveles que Braid empieza a sorprendernos, con la posibilidad de rebobinar sin límite las acciones de Tim. Cuando pulses la tecla Mayúsculas, el tiempo retrocederá hasta el punto que desees, pero algunos objetos se quedarán contigo. Puede así ocurrir que para recoger una llave tengas que caer por un pozo... y volver al pasado para salir.
Los puzles, cada vez más difíciles e inteligentes, te obligarán a pensar cada movimiento. Braid no es para jugadores impulsivos, puesto que requiere grandes dosis de paciencia y previsión. Algunos niveles de Braid son tan sorprendentes que te dejarán boquiabierto.
